viernes, 2 de mayo de 2014

¿QUÉ HACER CONTRA LOS VENDEDORES DE HUMO?


El éxito de estos vendedores de humo depende de sus habilidades comunicacionales pero, además, de un público oyente que esté predispuesto a escuchar, incapaz de pensar por sí mismos y de procesar críticamente todo lo que les dicen. Y, como consecuencia de este proceso de convencimiento, ya sea por comodidad o por miedo a pensar, por una fe dogmática, por el sesgo de confirmación u otros, las personas tienden a hacer el trabajo sucio, publicitando y convirtiendo a nuevos adeptos. Así, la estafa se auto-perpetúa y los engañados pasan a ser vendedores de humo. El ciclo no termina nunca.
¿Qué opciones tiene la sociedad y las personas para enfrentar a estos vendedores de humo?. En primer lugar, no podemos dejar de mencionar a la educación. Mientras más educado y racional sea un pueblo, menores son las posibilidades de que los timen en forma permanente, sin embargo, una buen nivel educacional es una condición necesaria pero insuficiente. Cualquier persona puede sucumbir en un momento de su vida a imponderables fuera de su control que los lleven a las manos de siniestros mesías, en especial, si les han destruido sus vidas.
En segundo lugar, ha llegado la hora de ser más escéptico, crítico y dejar de usar la cabeza solo para lamentarnos. Existen una  serie de herramientas que les permitirían detectar tonterías y barbaridades y debemos animar a los ciudadanos a usarlas para detectar razonamientos erróneos o falsos usados por ignorancia o voluntariamente como un modo de convencer mediante la razón.
Por ejemplo, algunas de las falacias comunes son la descalificación (falacia ad Hominem o ataque personal; envenenar el pozo antes de que emita la opinión); apelar a la ignorancia que consiste en defender la verdad o falsedad de un enunciado basándose en la idea de que nadie ha probado lo contrario; apelar a la autoridad que consiste en citar a un personaje que no tiene nada que ver con el asunto tratado; apelar a la opinión de las mayorías como si fueran una expresión de sabiduría; apelar a la misericordia; apelar al temor; formular preguntas que suponen la aceptación de una información previa; enunciar reglas generales a partir de excepciones; establecer como causa de un hecho aquello que lo precede inmediatamente en el tiempo, etc.
Desde hace tiempo, los vendedores de humo tienen una amplia cobertura en los medios de comunicación que se han convertido en  tribunas propagandísticas para que propaguen falacias de todos los tipos, porque algunos periodistas son incapaces de confrontarlos por miedo o por ser sus esbirros. Al final, la gente escucha las falacias y como nadie las confronta se transforman en una verdad revelada. Y de esto se aprovechan los vendedores de humo para repetirla, una y otra vez, hasta la saciedad para que nos la creamos.
La educación, la información veraz y un cierto grado de escepticismo son la clave para enfrentar a los vendedores de humo que engañan ofreciéndonos lo que no tienen ni pueden darnos puesto que ya nos lo han robado.

Ahora, disfrutemos de este hermoso vídeo…






Mas en: http://panoramaliberal.blogspot.com.es/

No hay comentarios:

Publicar un comentario